Tecnología, diligencia para asegurar cadenas de suministro de productos de mar libres de abusos

James Wright

La fundadora del Incubador de Sostenibilidad, Katrina Nakamura, discute las complejidades de identificar orígenes de alto riego

 

Nota del editor: Esta es la segunda de una serie de tres partes  sobre el avance de las soluciones de los derechos humanos en la cadena de suministro mundial de productos de mar antes de la Cumbre SeaWeb de Productos de Mar, durante Feb. 1-3 en St. Julians, Malta. El Advocate estará reportando desde el evento, y su Gerente Editorial James Wright estará moderando una sesión de trabajo titulada “Midiendo la participación de los consumidores y las percepciones de los productos de mar sostenibles.”

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Garantizar el tratamiento ético de los trabajadores a lo largo de la cadena de suministro de productos de mar se podría considerar una propuesta de mesa de apuestas, un requisito mínimo de ingreso para hacer negocios. Pero cuando la evidencia del trabajo forzoso y el abuso salió de las industrias de pesca y procesamiento de productos de mar de Tailandia, el asunto adquirió mayor urgencia y puso al descubierto el enorme desafío de crear garantías éticas para los productos alimenticios más complejos y altamente mercadeados del mundo.

Katrina Nakamura entiende la naturaleza de enormes proporciones de la obra. La fundadora de Sustainability Incubator, una firma de consultoría de abastecimiento ético en Honolulu, Hawai, ayuda a los proveedores de mariscos a “fortalecer su licencia” para operar en las regiones de origen y en el comercio. Uno de sus servicios es la Pantalla de Seguridad Laboral (Labor Safe Screen ), un programa de diagnóstico para ayudar a las compañías de productos de mar a evaluar riesgos y luchar por el cumplimiento de las normas de responsabilidad social y las leyes.

“Lo que ha ocurrido, hasta la fecha, antes de que este tema explotara, es que las empresas hicieron lo mínimo, poniendo un comunicado que dice:   “No tenemos tolerancia para esto.’ “Eso no ha demostrado ser suficiente,” dijo Nakamura al Advocate. “Lo que funciona, y lo que es incómodo, pero es la única solución que es efectiva, es la identificación de la cadena de suministro, detrás de los productos de interés, donde están los riesgos. Nosotros miramos la cadena entera.”

Los inversionistas y las agencias reguladoras examinan la culpabilidad o la asociación de una empresa para violaciones de los derechos humanos para garantizar que se tomaron medidas de que sus productos tienen un origen legal. Partes ocultas en la cadena de producción de productos de mar siendo desenmascaradas: trabajadores indocumentados laborando en los barcos que permanecen en el mar durante meses, y el procesamiento de materia prima sub-contratada a instalaciones sin licencia, como los “cobertizos de pelado” de camarón, donde una historia de Diciembre 2015 de Associated Press detalló abusos generalizados.

Lo que funciona, y lo que es incómodo, pero es la única solución que es efectiva, es la identificación de la cadena de suministro, detrás de los productos de interés, donde están los riesgos. Nosotros miramos la cadena entera.

Tailandia ha estado bajo el microscopio durante bastante tiempo. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) realizó una encuesta, cuyos resultados se publicaron en marzo de 2013, de más de 500 instalaciones de procesamiento primario de camarón en la Provincia de Samut Sakhon de Tailandia, un centro de actividad de procesamiento de camarón. Se encontró que casi el 90 por ciento de las grandes empresas de procesamiento tenía un acuerdo de sub-contratación con otra fábrica, lo que sólo enturbia los esfuerzos de rastreabilidad o transparencia. La mayoría de las empresas, grandes o pequeñas, dependían de la mano de obra migrante; la mano de obra de las grandes empresas eran 85 por ciento trabajadores temporales.

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Katrina Nakamura habla en la conferencia anual GOAL de la Alianza Mundial de Acuicultura en Vancouver, Canadá, en Octubre 2015.

“Lo que esto significa es que estos acuerdos de sub-contratación en el procesamiento y el pelado son una especie de laguna o escapatoria, donde el exportador podrá decir todos mis trabajadores son legales. Pero puede ser que en realidad no emplean a nadie que este haciendo el trabajo,” dijo Nakamura. “Ellos pueden tener una relación con otra fábrica donde se produce el trabajo forzoso, así que eso es una exposición.”

El primer paso para cualquier compañía buscando limpiar su cadena de suministro es identificar los riesgos conocidos para su producto, de acuerdo con Nakamura. La Pantalla de Seguridad del Trabajo depende del Departamento de Estado de Estados Unidos, que publica un reporte anual  sobre Trata de Personas (TIP) (que bajó a Tailandia al estado más bajo, Nivel 3, en 2014), y su red mundial de informantes que apoyan sus conclusiones. El TIP identificó evidencia significativa de la trata en la pesca en 53 países.

Nakamura también señala a la nueva aplicación Sudor y Trabajo del Departamento de Trabajo de Estados Unidos como una herramienta útil. La Pantalla de Seguridad del Trabajo también colabora con el Instituto Nexus, la OIT y la Red de Promoción de los Derechos Laborales en Tailandia, entre otros.

“Queríamos establecer un sistema donde las empresas dicen, ‘OK, esto es desagradable, pero tengo que hacer frente a esto, así que vamos a hacerlo.” Nosotros no presumimos la culpa,” dijo Nakamura. “Estamos ayudando a la gente a averiguar que son las entradas a los productos de mar que les importan y a que miren realmente esos insumos y ver dónde hay algunos enfrentamientos contra la evidencia [de abuso] que se publica.”

Las empresas de productos de mar pueden mirar a otra industria – la electrónica – para lecciones sobre la gestión de cadenas de suministro con entradas innumerables, muchas de ellas metales raros y preciosos (como los componentes conductores). En los últimos años, tanto GE y Apple han implementado protocolos de adquisición integrales para sus materiales, dijo Nakamura. En un movimiento un tanto radical, Apple el año pasado recuperó $3,96 millones en honorarios de contratación de trabajadores endeudados en Malasia y en otros lugares, según su públicamente lanzado “Reporte de Progreso de Responsabilidad de Proveedores 2015.”

“La gente va a tener que demostrar la diligencia, entender dónde están los puntos calientes y tomar algunos esfuerzos colectivos para resolverlos,” dijo Nakamura, quien agregó que los productos de mar ofrecen aún más complejidad que la electrónica. “Es el más complejo. Simplemente no tenemos las líneas de visión en el mar. Piense en todo el trabajo que se tardó en poner la Alianza Mundial de Acuicultura (Global Aquaculture Alliance) en su lugar. Esta cubriendo una parte confiable del suministro de cultivo, pero no todo, y eso es todo en tierra. Ahora imagine la complejidad de hacer eso en alta mar con los taiwaneses, coreanos, chinos, todas las flotas. Es por eso que tenemos tiempos tan difíciles en la gestión de las poblaciones de peces. Es muy difícil, pero va a ocurrir.”

Nakamura hace hincapié en que los salarios comparativamente bajos pagados a los trabajadores de procesamiento en los países en desarrollo no son inherentemente problemáticos. Una falta de supervisión en Tailandia durante una época de crecimiento masivo de la industria, junto con trastornos económicos y políticos, es lo que llevó a sus temas de actualidad; el rápido crecimiento de la industria en Tailandia fue de hecho impulsado por el trabajo cautivo, no remunerado, dijo.

Nakamura espera que los proveedores pueden distinguirse como buenos actores en el mercado a través de la notificación voluntaria.

“Al final del día se trata de abastecimiento ético que en realidad se pueda lograr, que se pueda literalmente lograr, porque sus proveedores pueden cumplir con esto,” dijo. “Y no sólo por decirlo pero en realidad echando un vistazo a donde tenemos la transparencia ahora y donde no. En realidad es un momento extraordinario. Cosas asombrosas están sucediendo.”

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